LA RESTAURACIÓN DE LA IGLESIA DE TAUCA

 

Quizás muchos tauquinos ignoren que nuestros ancestros nos han dejado una gran joya artística como es la iglesia de Santo Domingo y que ésta debe y tiene que conservarse.

            Estoy seguro que los tauquinos que edificaron este templo en el siglo XVI lo hicieron con un gran amor y fe hacia Dios y nosotros debemos mantener esos sentimientos y colaborar en su restauración para seguir preservando este patrimonio nuestro, para las futuras generaciones y que éstas no nos acusen más delante de negligencia y abandono.

            Tomemos conciencia que nuestra iglesia ha sido declarada Monumento Histórico Nacional, título que no se otorga por casualidad, se da solamente luego de un estudio muy riguroso y prolijo.

            Esta iglesia fue edificada pocos años después de la fundación de la ciudad de Lima. Ha sufrido algunas alteraciones pero sigue manteniendo gran parte de su ornamentación original.

            Los que erigieron la iglesia de Santo Domingo de Tauca, así como las de otros pueblos, lo hicieron impulsados por su fé religiosa y el terror a ultratumba, y es también la fé lo que forjó las direcciones de su arte. El indígena al labrar portadas, hornacinas, encajes, las tallas de los retablos y demás decoraciones murales del templo han dado curso libre a su genio creador.

            En la arquitectura y en la ornamentación de los retablos, del púlpito y la decoración mural que es de un barroco andino o mestizo, se revela la aptitud creativa de nuestros ancestros, es síntesis de su emoción artística y de su fé religiosa, expresión  que entrelaza lo hispano y lo autóctono en una simbiosis de los espíritus español e indio.

            Nacida bajo la influencia de la convivencia social, es manifestación, a la vez de la vida real y de la subjetiva y profunda vida colonial. No pretendo sostener en estas líneas que la labor de esta iglesia fue labor exclusiva del natural de esta zona, pero si debo recalcar que fue importante y señero el concurso del mestizo indo-hispano.

            La Iglesia de Santo Domingo de Tauca tiene una gran parte de retablos tallados en madera que están primorosamente decorados con láminas de pan de oro. El oro antes de la llegada de los españoles tenía una significación mágico-religiosa: era símbolo del sol así como su materialización en el nivel terrenal.

            Este metal careció en la cultura prehispánica de valor monetario, no era elemento de canje ni comercio, sólo tenía una virtuosidad sacra que lo hacia precioso al concepto del indígena, por esta condición y no por su valor económico. No era un metal numulario, sino un elemento ritual.

            Hace algunos meses un familiar estuvo en Tauca y tomó algunas fotografías, a través de ellas me di con algunas sorpresas, en la Plaza han colocado una escultura dedicada a la mujer tauquina, pero esta escultura no tiene nada que hacer con el espacio urbano monumental de esa plaza, aparte de que es de una escasa calidad artística. Las actuales autoridades deberían sacarla.

            Por otro lado, al costado de la iglesia se ha construido un mercado municipal, sin tener en cuenta sus consecuencias. Me parece que las actuales y anteriores autoridades no se asesoraron bien al respecto.

            Yendo nuevamente a la iglesia, tengo la impresión y espero no equivocarme, que la iglesia estaba decorada con pintura mural, me baso  para esta idea, en los restos que quedan y en las calas estratigráficas que hicieron los técnicos italianos. Sobre esto daría un consejo, para cuando esté totalmente restaurada la iglesia, se tiene que evitar poner imágenes modernas, como son las de yeso, porque en templos de esta antigüedad y calidad artística no deben ir elementos que desentonen el sentido de la obra.

            También deseo decirles que el artista no es un señor bohemio que juega a raro e incomprendido, es un elemento de la colectividad con una función específica: traducir el drama y las esperanzas de su pueblo y revelarle la belleza y el sentido del paisaje en el que le toca morir. Porque en el arte, que es ante todo expresión, como cúspide de la manifestación del hombre, es donde puede hallarse el alma de la raza, el alma del pueblo.

            Para finalizar quiero decirles que espero que tauquinos y no tauquinos  tomemos verdadera conciencia de que somos dueños de un patrimonio nacional, cosa que muchos pueblos quisieran tener, porque un pueblo que no reconoce su historia y la labor de sus ancestros no sabe de donde viene ni sabe a donde va.

            El arte hecho en esta iglesia ha servido para elevar las almas a Dios y mucho más , este arte religioso ha contribuido, como todo lo creado, a la gloria de Dios.

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